¿Sabes la Diferencia entre la Huella Ecológica y la Huella de Carbono?
La diferencia entre la huella ecológica y la huella de carbono es algo que mucha gente se pregunta, porque a simple vista pueden parecer similares. No obstante, no son iguales y aquí te lo vamos a contar.
Contenido
Dos indicadores que se complementan
La Huella Ecológica es un indicador bastante sencillo de entender.
También es un concepto excepcionalmente sensible que puede cambiar la forma en la que entendemos el cambio climático, y eventualmente, la forma en la que nos relacionamos con el ambiente.
Los conceptos de huella ecológica y huella de carbono no son opuestos entre sí.
Las diferencias entre estos dos conceptos terminan por complementarse, formando una descripción más robusta de la demanda de la humanidad en los ecosistemas de nuestro planeta y las presiones interrelacionadas del cambio climático en los ecosistemas naturales.
En este sentido lo mejor es repasar ambos conceptos para luego estudiar sus diferencias.
Huella de carbono: un indicador de consumo
La huella de carbono mide la cantidad total de dióxido de carbono (CO2) que es emitido en el ambiente como consecuencia de cualquier actividad humana.
Por ejemplo:
- Viajar en avión.
- Comer una hamburguesa.
- Usar nuestro teléfono móvil.
- Encender la calefacción de nuestra casa.
- Ir a la oficina en coche.
¿Qué tienen en común estos elementos?
La respuesta es sencilla: Todos ellos generan un impacto ambiental.
Y a ese impacto ambiental se le conoce como huella de carbono.
"Cualquier actividad humana tiene una huella de carbono"
Es la marca que dejamos en el planeta.
En otras palabras, podemos decir que la huella de carbono se centra en las emisiones de gases con efecto invernadero asociadas con el consumo.
A nivel macro, esto incluye las emisiones asociadas con los bienes que se importan a un país pero que se producen en otros lugares y, también tiene en cuenta las emisiones de CO2 asociadas con el transporte internacional y el transporte marítimo.
La huella de carbono contabiliza las emisiones directas de CO2, como las que resultan de la combustión de combustibles fósiles en la fabricación, calefacción y transporte, así como las emisiones indirectas, como requeridas para producir la electricidad asociada con los bienes y servicios consumidos.
Además, el concepto de huella de carbono a menudo también incluye las emisiones de otros gases de efecto invernadero GEI, como el metano, el óxido nitroso o los clorofluorocarbonos (CFC), haciendo la equivalencia a CO2.
La finalidad principal de averiguar la huella de carbono es poder reducirla y en caso de no ser posible, compensarla.
La huella de carbono de una persona
¿Cómo se calcula la huella de carbono que genera una persona?
Hay sistemas estandarizados que nos calculan la huella de carbono siguiendo el día a día de nuestra actividad en la Tierra.
Uno que está muy consolidado es de la empresa inglesa llamada Carbon Footprint, avalado por la normativa ISO, Sustainable Business Network e IEMA (Institute of Environmental Management and Assessment).
En esta calculadora puedes calcular tu huella de carbono y así podrás empezar a reducirla.
Cómo se mide
Indica en primer lugar el país donde resides y pon un periodo de tiempo (normalmente un año). Completa los diferentes apartados y al final tendrás el resultado.
La huella de carbono de una organización
El concepto es el mismo pero hay que considerar más términos y seguir unos parámetros de medición, que nos marcan las diversas normas que existen para el cálculo de la Huella de Carbono de organizaciónes, promovidas desde diversas instituciones públicas o privadas de reconocido prestigio como por ejemplo, GHG Protocol, ISO 14064, etc.
La huella de carbono de una organización se obtiene mediante el análisis de sus emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) durante un periodo predeterminado, y tiene en cuenta tanto las emisiones directas como las indirectas.
Huella Ecológica: un indicador de demanda y oferta
La huella ecológica mide qué cantidad de recursos consumimos y generamos de desperdicios y lo compara con la rapidez con que la naturaleza puede absorber estos desperdicios y generar nuevos recursos.
En otras palabras, la huella ecológica compara la demanda humana sobre la naturaleza con la capacidad de la Tierra para regenerar recursos.
Por el lado de la demanda, la huella ecológica mide los activos ecológicos que requiere una población determinada para producir los recursos naturales que consume y para absorber sus residuos, especialmente las emisiones de carbono.
Esto incluye:
- Los alimentos de origen vegetal .
- Los productos de fibra.
- El ganado.
- Los productos pesqueros.
- La madera y otros productos forestales,
- El espacio para la infraestructura urbana.
- Etc.
Mientras que, por el lado de la oferta, la biocapacidad de una ciudad, estado o país, representa la productividad de sus activos ecológicos (que incluyen tierras de cultivo, tierras de pastoreo, tierras forestales, zonas de pesca y tierras edificadas). Es decir, la capacidad de un área específica, ciudad, pueblo, región, país, ... biológicamente productiva de generar un abastecimiento regular de recursos renovables y de absorber los desechos resultantes de su consumo.
Estas áreas, especialmente si se dejan sin cosechar, también pueden absorber gran parte de los desechos que generamos, especialmente nuestras emisiones de carbono.
Cómo se mide
Se mide en hectáreas. Así, para poner un ejemplo claro, la huella ecológica de un país es la suma de todas las tierras agrícolas, de pastoreo, bosques y zonas de pesca necesarias para producir los alimentos y materiales que cada territorio consume, para absorber los desechos emitidos y para proporcionar espacio para su infraestructura.
La huella ecológica de una ciudad en lo mismo aplicado al terreno que tiene esa ciudad. En España, todas las capitales españolas necesitan más territorio del que ocupan, pero se observan claras diferencias, pues mientras Bilbao necesitaría 100,88 veces su territorio, Cádiz 90,84, Pamplona 93,36 y Barcelona 83,37, otras como Cáceres necesitaría 1,38 veces su territorio, Cuenca 1,68 y Badajoz 2,19.
Estos datos están recogidos en el Informe de Sostenibilidad Local
realizado por el Observatorio de la Sostenibilidad en España (OSE).
Huella de Carbono vs Huella Ecológica
Evidentemente los conceptos de huella de carbono y huella ecológica no se encuentran enfrentados entre sí, todo lo contrario, la huella de carbono es un indicador fundamental para calcular la huella ecológica de nuestras actividades.
Lamentablemente, nuestro desarrollo actual como sociedad si está enfrentado con la naturaleza.
Según los datos que se desprenden del último análisis de la huella ecológica de los españoles, publicado por el Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino (MARM), se estima que cada habitante necesita un promedio de 6,5 hectáreas de espacio para poder cubrir las necesidades que se tienen de consumo y eliminación de desechos.
En los últimos diez años esa huella ha crecido un 34%, en su mayor parte como consecuencia del incremento de consumo energético.
A nivel mundial se estima que:
- el ciudadano mundial promedio tiene una huella ecológica de aproximadamente 2,7 hectáreas.
- mientras que sólo hay 2,1 hectáreas globales de tierra y agua bioproductiva per cápita en la tierra.
Esto significa que la humanidad ya ha superado la biocapacidad global en un 30% y ahora vive inseguramente agotando las existencias de "capital natural". Mala herencia para las próximas generaciones.
Definitivamente, estamos sobrepasando los recursos del planeta.
Necesitamos continuar en el camino hacia la búsqueda de un estilo de vida sostenible y hacerlo a escala global.
Solo de esta forma seremos capaces de conseguirlo.
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